Para encontrar los orígenes del actual Mercat de Sants, deberíamos pasear por la calle del Sant Crist, el antiguo camí ral, los años previos a la construcción de los grandes vapores. Entonces era una de las principales vías del municipio y donde, los días de mercado, se montaban los puestos que los mismos campesinos y pescadores instalaban para vender sus productos.
Esta es la historia de un mercado que tuvo que pasar por dos ubicaciones previas, dos proyectos constructivos y superar las dificultades de la agregación de Sants en Barcelona, para poder llegar a ver la luz. Un proceso largo y complicado que culminó felizmente la primavera de 1913, con la inauguración del Mercado de l'Hort Nou.
Ya en aquella época, los pequeños productores del campo ya vendían sus cosechas alrededor del mercado y la gente del barrio de Sants, sin ser consciente de ello, estaban creando una tendencia que más de doscientos años después sigue viva.
Las paradas exteriores tomaron un nuevo simbolismo ampliando la clientela del mercado, que además de comprar productos de alimentación dentro, podían encontrar un poco de todo a su alrededor y de paso, dar un paseo.
El paso del tiempo no perdona y todo lo estropea. El Mercat de Sants no podía ser una excepción, a pesar de que a lo largo de su larga historia se habían hecho siempre las reformas necesarias para irlo manteniendo.
A finales de 2009, todos los comerciantes tuvieron que trabajar duro para tenerlo todo a punto para el día de la inauguración. Por primera vez en su historia, el Mercat de Sants abría fuera del emblemático edificio.
Una vez el viejo mercado quedó sin actividad, sin el ruido de vendedores y compradores, llegó la hora de poner en marcha el proyecto de reforma integral del edificio y las excavadoras en fueron las primeras invitadas.
El 14 de mayo de 2014, el Mercat de Sants abría sus puertas para acoger a todos los vecinos del barrio, ofreciendo un espacio totalmente renovado donde alimentación, tradición centenaria y modernidad, conviven en armonía.